Manejando en mi carrito
hacia mi mas cruel tormento,
analizaba la causa
de seguir el sufrimiento.
Ya me dolía la cabeza,
la presión, hasta subió,
pero estoica y resignada
el camino, seguía yo.
Ya casi llegando dije:
"es mi opción, yo la tomé"
y aunque me sentía muy triste,
sin prisa, me estacioné.
Abrí la puerta muy lento,
en el sillón me acosté,
cerrando fuerte los ojos,
a mi Dios me encomendé.
De repente, oí sus pasos,
hacia mí se dirigía,
me dijo:"llegaste tarde,
pensé que ya no vendrías".
Con sus manos delicadas
me hizo que abriera la boca,
yo temblaba levemente,
sudaba gota por gota.
Qué terrible al terminar!
pero alivio yo sentí
y aunque estaba adormilada,
hacia él me dirigí:
"Se me olvidaba pagarte",
fué lo que pude decir.
Me despedí levemente
corriendo, queriendo huir,
y con un reproche me dije:
"Si a tiempo cuidas tus dientes,
no tendrías que estar aquí"
Mi estimada amiga: ¡Formidable! Me gustó mucho; buena forma de mantener el suspenso hasta el final. Mis diez plumas (sin duda las primeras de muchas más) para tí. Recibe un enorme abrazo.