Cierra los ojos e imagina la luna,
su luz nos consuela e ilumina,
su magia nos hechiza mientras el alma camina,
hacia el silencio de la noche buscando fortuna.
Y la vida sigue llena de sombras escondidas,
que aparecen ocultas tras las dudas del amor,
y duele el alma, encogido por el temor,
náufrago solitario que vaga por las avenidas.
En un vaso de ginebra se ahoga la soledad,
embriagada de recuerdos y con ganas de morir,
se desvanece la memoria y el alma llora su sentir,
ya no habrá más tardes, ni calma, ni tempestad…
La ciudad desierta, atrapada en un laberinto,
todas las calles llevan hacia la desesperación,
burbujas de amor atrapan a un desolado corazón,
todos los días son iguales, ninguno es distinto…
J.M.P.Poeta
4-01-2009