Tristeza de infinito,
que te pierdes en un bosque de sueños,
que navegas por mares desiertos,
con la suavidad de una pluma en la noche,
con la nostalgia de un paraiso dormido,
con el abrigar de un sueño de silencio.
Tristeza que mis labios,
esfuman como trozos de hielo,
derretidos en abrazos de fuego,
como orgullos de flor,
como pájaros en el cielo.
Tristeza que te pierdes,
como un paisaje sin viento,
nunca más te quiero ver en mi vida,
no aparezcas con tu luz peligrosa,
con ese sabor a pasado,
con ese olor a infierno.
Estoy ya,
cosido a una estrella,
protegido por pétalos de ensueño,
envuelto en un oasis de amor,
por una inmensa mirada de aliento,
que abraza mi vida,
como una rosa abraza un verso.