No me hablen de "sentimientos",
eso es pérdida de tiempo
y no beneficia en nada
a mi personalidad.
Yo aprovecho los momentos
para conseguir dinero
y comprarme lo que quiero,
esa es mi felicidad.
En la vida no se puede
ser sensible, en estos tiempos,
así que mis movimientos
tienen un móvil preciso.
Trabajo conforme a metas
y busco mi bienestar
y el de mis seres queridos,
nada más me ha de importar.
Dejo a los torpes ilusos
su pseudo-filosofía,
sus principios, su moral,
sus ideas "de utilería".
Yo soy práctico y moderno,
me gusta la buena vida
y no me preocupa un infierno
que es sólo mitología.
si trabajo, es por dinero,
y procuro disfrutar
aquello que se me ofrece
y que, para mí, es primero.
No me hablen de la "otra vida"
ni de cuentos infantiles
propios de mentes seniles
con la brújula perdida.
Yo no necesito a Dios,
me basta mi inteligencia
y no me hablen de "decencia"
que es una monserga atroz.
Este es el siglo veintiuno,
el mundo de los negocios
y las oportunidades;
lo demás, son necedades
con las que embaucan a uno.
(SÓLO QUE, AL PENSAR ASÍ,
EMPONZOÑAS EL AMBIENTE
Y SIEMBRAS EL DESCONTENTO;
DEBERÍAS SER MÁS PRUDENTE
Y ABRIR MÁS TU ENTENDIMIENTO).-
Eduardo Ritter Bonilla.
Miércoles 24 de Febrero del 2010