CUANDO NACIENDO AL AMOR, LO PIERDES

Qué culpita tengo yo
de que a mí no me quisiera
aquella niña tan bonita.
Y que fue mi primer amor.
Su nombre era Teresita.
Su carita un primor.
Su cuerpo era la Ermita
para el sostén del amor.
Sus palabras y sus gestos
lo eran todo para mí.
Su mirar nunca lo tuve
y por ello me partí.
Y me aparté de aquella ninfa
y me adentré en los espinares.
Y a mi cuerpo laceré
con espinas y cristales.
Y debió de ser tan fuerte
el dolor que yo sufrí,
que hoy, la mujer que tanto me quiere,
tan sólo espinas, recibe de mí.
Y es que quedé marcado
como el fiero jabalí
al que le atan una cuerda al cuello
y le quitan su vivir.
Le quitan el campo abiero.
Le quitan sus hermanitos.
Y le apartan de su madre
siendo aún muy gorrinito.
Qué culpita tengo yo
De que a mí no me quisiera
Aquélla niña tan bonita
En mi tierna Primavera.