Volver a amar

Por una desilusión cerró su corazón.
Creyó que jamás volvería a sentir
por un hombre ninguna sensación.
Se acostumbró a ese desamor.
Se quedó sorprendida cuando comprobó
que la observaban desde la barra del bar.
Esa mirada caló muy hondo en su interior.
Ella seguía tranquila saboreando su café.
Él contemplaba aquella belleza singular,
aquellos ojos de azabache lo hipnotizaban.
Hubo una complicidad entre los dos
e intencambiaron unas sonrisas atrayentes.
Le rogó que compartiera con él el baile;
sin pensar lo aceptó, la agarró por la cintura,
en ese instante apareció Cupido con su flecha
y se enamoró perdidamente sin sospecharlo.
Llegó la fecha de su retorno,
había terminado sus vacaciones.
Se dieron varios besos de despedida;
él le pidió algo más que un abrazo.
Contestó que no era mujer de un sólo rato,
a pesar de su obstinación y acoso no cayó.
Le hubiera quedado un amargo sabor.
Él con el semblante contrariado, se enfadó.
Con tiernas palabras le habló
para que no se sintiera humillado.
Esa felicidad no la podría olvidar.
Le juró que sería su amor eterno.
Se alegró de no entregar su cuerpo;
toda su vida se lo hubiera reprochado.
Prefirió guardar ese bonito encuentro,
y se dió cuenta, seguía estando viva.
Fue un hermoso recuerdo que guardaría
en un rincón de su inquieto corazón.
La despertó para que empezara a querer.
Encontró lo que deseó volver a amar.