Esta creación lo ordenamos a nuestro modo, todo lo instituimos.
Así mismo imponemos todas las voluntades que nos competes,
esta manera asignamos a este dominio, hasta el color de los ribetes.
Vivimos carentes de mengua, en total albedríos sin resabio ni cinismo.
Nuestro nombres se manifiestan iguales nos inducimos sin encono.
aquí sobran las palabras, no hay lugar ni punto de desencuentro.
Cuerpos y almas coexisten en resonancia, este mundo es nuestro,
vivimos sin cavilar a lo que nos rodea, hasta el mismísimos entorno.
Pero el espacio se agota, también estamos viajando en el tiempo.
Este universo lo estamos construyendo sobre plataforma blanda.
Compartimos lo que tenemos en manos y empieza la reprimenda.
Esta arbitrariedad creada, tratando de eludir el efecto del tempo,
sucumbe sin alternativa, ante la cadencia y el equilibrio natural,
existen disciplinas a seguir, al contrario siempre será coyuntural.