Volver a perderte… ¡Nunca jamás!

Sobre mi cielo vuelan pájaros en este espejo roto, de mediodía

Hay una vieja cicatriz de antigua herida, avasallando mi presente

Voy cayendo fuera de mí, en una esfera incandescente

Donde arde mi alma en un puente, que cuelga entre dos dimensiones

Haciendo que me pregunte el porqué, de mi presencia en este mundo.

Duele la herida, a medida que se desvanece la tarde

A pesar de mis esfuerzos, por encontrar el desarraigo

De esa historia tonal, fruto que estalla entre mis manos

Donde mi boca solo habla, entre mis sueños desdoblados

En este sitio donde se separa, la vida de la muerte.

Se revela mi corazón, buscando el tiempo perdido

Las noches de amor, que encajonaron mi alma

Para mantenerme cautivo, atado a esas tardes de demencia

Perdido entre los patios solitarios, de mi locura

¡Dónde! Dónde te encuentras, que a mi llamado no contestas

¿Por dónde tu alma vaga, eludiendo mi deseo de descubrirte?

Yo daría mi vida entera por tu vida, sin pensarlo más

Convertiría los mares, en aguas calmas para llegar hasta ti

Haría que los cielos se colmaran de nubes, para dibujarte en ellas

Bailaría para ti toda la noche, hasta despuntar el alba

Estallaría en besos que te cubrieran, de la cabeza a los pies

Me volvería fuente cristalina, para que apagaras tu sed

Y me convertiría, en sombra adyacente de tu sombra

Para no volver a perderte… ¡Nunca jamás!