Viejas paredes.

Aquella casa donde habitaron nuestros intensos
pasajes de amor ardientes y esplendorosos,
hoy ya destruída me recuerda Los momentos
que posaste en mi alma la magia de tus ojos.
Hoy que la veo tan lejana y presumida
de su nueva construcción bella y renovada,
sus paredes que hablaban se quedaron dormidas
en esos confines etéreos de una nada.
Maldita imagen me devuelve su estructura
dentro de la sensible intensidad de sus talentos,
y su verde parque tu fragancia que aún perdura
me trae ese aroma que no matado el paso del tiempo.