...ya no...

ya no tengo ,inspiración para quedarme
ni grandeza para tomar veneno y morir,
solo a ratos vegeto un instante;
entre versos y mágicas calabazas
que solo me ven pasar y reír.
ya no tengo voz de jilguero,
ni sé tocar la flauta de Hamelín.
Solo llevo rosas en mi sombrero
y una ajada maleta donde voy a vivir.
Me cansé de buscar en cada cosa,
el silencio y la voz de alegría,
se cansaron mis manos y sus herida
de transitar algunos versos de osadía.
No cuento con más, que una gota
de estrellas que aún salen de mis ojos
en estos montes de soledad bravíos
y ella me impulsan sus pequeños antojos
al camino serpenteante de montañas
que lleva al patio de sembradíos
a cortar una espiga de oro y trigo.