nostalgiando

Nostalgiando de solapa a solapa
Tu ausencia dura, prematura y cercana.
Alistando hechos que jamás sucedieron,
Que rara vez sucedieron
Pero deseo ardientemente que sucedan.
Deseo encontrarme con tu mirada,
Mirarla más profunda
Aunque la encuentre más pequeña,
Es un anhelo que tejo
Desde que te vi por última vez.
Te refieres a mi soledad
Como a un espectáculo grotesco y extraordinario,
Pero eso no es lo que me incomoda,
En realidad ya me acostumbre
A la sombra marchita que se queda mirándome
Horas y horas
En este cuarto envejecido por tu ausencia.
Tu ausencia es palpable, tangible,
Diría sin temor a equivocarme
Que tu ausencia es sólida.
Que tiene ojos grandes y tristes
Y que rara vez
Quizás alguna noche sin luna
Me mira sin mirar.
No le escribo a la ausencia de tu sudor sentimental
Ni al aliento taciturno de tu mirada
Estoy para cosas más sagradas e importantes,
Por ejemplo:
A la ausencia de tu palabra salvadora,
A tu mano acariciando mi dolor,
A tu estrella brillando en mi noche,
A tus ojos encendiendo mi poesía, etc.
A cosas que pueden parecer triviales
Para algún corazón estéril e insensible.
Tu ausencia me infunde viejos temores,
Despierta inquietudes nuevas,
Abre la puerta al interrogante:
¿Será real tanta soledad?
Busco el espejo para encontrarme
Y el espejo me devuelve mi rostro contraído y aciago,
Pero otras veces
Mis ojos ya no encuentran en el espejo
Un rostro,
Si no un espejo inmóvil y frío.
Los matutinos no traen consigo ninguna novedad,
En sus títulos de tapa se destacan
Artistas inmunes a la soledad,
Poetas que desconocen íntegramente la soledad,
Se nutren de ella
Pero viven rodeados, bien en compañía
Acariciando con sus manos arrugadas
Pechos firmes, redondos, abundantes y puntiagudos
De muchachitas colegialas.
De vez en cuando, de vez en vez
Yo también tengo mis escapadas nocturnas,
Saboreo algún que otro beso,
Duermo con alguna pierna fácil
Pero no sueño,
No es algo estrictamente sentimental,
Sólo cacerías para pasar el rato,
Después regreso a mi putrefacta pieza
A sumergirme en mi honda soledad
Con sus extensas playas negras,
A vestir tu ausencia con adornos superfluos,
A adorarla más que antes,
A seguir nostalgiando como un perfecto nostalgiador.
No hace falta que nombre tu ausencia
La llevo atornillada en mi cara de perro solitario,
La tengo grabada en mi documento de idiota nostálgico,
La tengo bien escrita para que no se me olvide,
Aunque por momentos
La quisiera arrancar y prenderla fuego
Para ver como chisporrotea tu pasado y el mío
En una cruel y cruda
Pero merecida hoguera de olvido.
Y diviso en la tarde
Una calle larga
De asfalto y memoria
Ancha y gris
Y me quedo
Nostalgiando.
Y me quedo en la noche
Con los ojos en cruces,
Tendido boca arriba,
Sobre una cama
Nostalgiando.
No sólo tu ausencia nostalgio,
Si no también mi presencia,
Volver a rodar mi calle,
Mi pueblo silencioso
Sería darle muerte o un soplo a la nostalgia.
Sentarme solo en el umbral fresco de mi puerta,
Abrigarme triste bajo la sombra espesa de mi árbol,
Escuchar cerca el vago ladrido de mi perro muerto,
Descolgar imprudente del cielo alguna luna suelta,
Esperar impaciente y ver llegar tu cuerpo,
Eso si sería consumar el crimen.
Pero me tengo que conformarme con tu ausencia
De ojos grandes y tristes,
De rostro entrañable
Y de labios que pone besos
Donde no puedo zafar.
Y me conformo con tu ausencia
Ya sumido en la resignación,
Bah! aunque quiméricamente me abrazo a tu presencia
Alguna noche cualquiera
En algún lugar cualquiera.
Escribo algunas cosas sin importancia
Con esta lapicera llena de nostalgias.
Me distiendo,
Crujo mis dedos,
Salgo a robar alguna estrella,
Cierro un poco los ojos,
Me estiro,
Medito un instante de luna,
Palpo el gris de la calle,
Acaricio la brisa,
Respiro mucha soledad,
Y me quedo fijo ante tu ausencia
Sin los ojos grandes y tristes,
Solo y en silencio,
En silencio y muerto
Como siempre,
Como nunca
Nostalgiando,
Nostalgiandote.