Jugar con fuego

Jugando con fuego estoy, entre tres llamaradas ardientes que me rodean, me acosan, me persiguen incesantes, entre tres y cada uno de esos tres fuegos alimento con miradas, sonrisas, entusiasmo, haciéndoles creer que no existe nada mas.
Entre tres…
Cronos, la juventud, la fuerza, la vitalidad… la frescura de la pasión, la inocencia del descubrimiento, un fuego más…
Ares, la sabiduría, la fuerza, el coraje, la serenidad, la madurez, estabilidad… un fuego al que no puedo vencer
Baco, la picardía, la pasión, la sensualidad, deja una puerta abierta a la fantasía, a la locura, un fuego ardiente…
Bailo y bailo al caer la noche sobre mi, bailo en una danza infinita con cada uno de los fuego, son únicos en mi universo, en mi mundo de fantasía, en mi mundo de serenidad, en mi mundo de sensualidad…
El juego abre un camino antes sellado por la pureza, es pudor… pero ahora, juego y juego y sueño que bailo y bailo, sin tocar el fuego, y el fuego danza ante mí orgulloso y en su baile encuentro el calor de cada fuego
Y con sus llamaradas alimentan a este alma anclada en la oscuridad de la noche y hacen llegar el calor de la juventud, el calor de la sabiduría, el calor de la picardía que cada fuego despierta en este tronco adormecido por el tiempo
Cae la noche y el frío entra por la ventana, solo una luz ilumina mi mundo, solo una luz
Cae la noche y tres fuegos me iluminan haciéndome bailar cada vez un baile diferente
Anclado en el tiempo quedo, serena… en la más infinita quietud
Y con cada una de sus llamas, hacen renacer al fénix que en mi pecho duerme.