Supongamos
Que podemos trocar en una gota de agua
Cada palabra
Dicha
La palabra tímida, la valiente, la titubeada, la temerosa
La palabra doliente, la furiosa, la intima, la espontanea, la agónica
La que fue escrita y leída, la que nunca pudo escribirse
La que fue escrita y borrada, la proscripta
La que fue pensada y callada
La que fue dicha y negada, la arrepentida
La palabra misteriosa, la comprendida, la nebulosa,
Todas ellas en
Gotas agua
arrimándose,
agua
fusionándose,
un rio profundo,
un
océano tal vez?
Que ciudades abrazaría? Que paisajes ladearía? A cuanta gente alimentaria?
Quien lo creería una bendición? Quien lo maldeciría?
Quien tal vez depositara su mirada en él esperando respuestas?
Quienes reflotaran gracias a él sus esperanzas?
Quien esperaría en sus riberas el regreso de algún ser querido?
A cuantas despedidas asistiría como un tercero silencioso? Cuantos niños posarían sus barcos artesanos, o simples hojas secas para verlas desaparecer a su deriva?
Quien de todos ellos oiría en el rumoreo de su oleaje el eco de siquiera una palabra
que fue tuya y mía?
Quien la rescataría de la nada para que escape a su destino incesantemente acuoso?
Quien la devolverá a la vida pronunciándola?
Quien la soñara luego, nuevamente agua? Miriam Mancini, abril 2008/a mi tatuaje