Luz divina de mi alegre madrugada,
Lucero del alba, mi luz vespertina.
Para ser la guía, el cielo me destina.
Rosa de los viento. Es mi joya amada.
Desde donde estas me rodean tu brazo.
Con belleza has conmovido mis entrañas,
tal vez piense que solo escribo patrañas,
si es fuere, condéneme y envíeme al cadalso.
Todo lo que viene de ti es bienvenido,
te amararé hasta en el mismo sufrimiento,
hazme la que tu quiera, déme escarmiento,
de amarte siempre, ya estoy convencido.
Ya me diste tanta felicidad, hazme sufrir,
y veras que te amaré hasta morir.