En tus ojos se pierde mi conciencia,
así como en las olas, el marino,
cual vagabundo triste, y sin camino,
que en tanto divagar, cayó en demencia.
Ansioso por tus ojos, mi impaciencia,
me vuelve un condenado sin destino,
y envuelto en desespero, me reclino,
a sostener el yugo de tu ausencia.
Estoy necesitado de tu esencia,
y si me faltas tú, me recrimino,
con entereza firme y sin clemencia.
Y solo con no verte me imagino,
que soy como un volcán, o torbellino,
que va a estallar sin ti, sin tu presencia. (2000)