Fue aquella tarde cuando premedite mi silencio, tarde de cenizas y de viernes santo, tarde de sollozos inconclusos y de manos que aprietan el vacio.
fue aquella tarde gris que cubrió de gemidos los lamentos, tarde de música blanca y de canciones turbias por la nada.
Fue aquella tarde oscura que revelo el desconcierto de una lágrima fugitiva, tarde de pájaros verdes navegando sobre olas desnudas y secretos de labios mudos.
Fue aquella tarde de indigentes vestidos de azul arenoso, tarde de agonía de corazón partido y espíritu quebrantado por las horas en estrépito.
Fue aquella tarde de ocaso fingido en la memoria, tarde de disturbios de brillos opacos y el extraño corre calle de una odisea imprescindible.
Sin embargo en aquella tarde, de infierno, de cenizas, de música blanca y de otras vanidades negras, fue cuando premedite mi silencio, muerte de súbito.
Mi corazón dolido como espuma en la arena
había dejado de existir por ella
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!