Seducir a una mujer

Repartí mi pan con los humildes.
Presté, despidiéndome del amigo,
mas nunca sabré, ni he podido
seducira la mujer que me amolde
y que rompe esquinas al volver
De las que siembran infartos
Y no saben el porqué.
¿Qué tengo, que no culmino?
¿Por qué tengo tan mal tino?
Será que mi destino es mirar
como pasan. Y cómo están¡
De que sirven estos versos
que riman bien y me encajan
si lo que quiero encajar, escapa
y no lo puedo alcanzar.
Sé que pondrán por mortaja
mi hábito de monje ermitaño
que después de tantos años
tendrá un agujero en la caja.
Vente conmigo, cordera.
que soy como el vino viejo
que empiezo y no sé acabar.
Misántropo, asceta solitario.
Anacoreta a la fuerza.
Misógino solidario.
Cambiarme los adjetivos:
Hacerme promiscuo donjuán
Casanova y joaquisabino.
Quiero tener un amor en cada esquina
y morirme pecador. Eso es canela fina.
No quiero mujeres sumisas y devotas:
Las quiero libres, hermosas y locas.