Ira.

Acabo de clarificar los aspectos tan oscuros
que me llevaron a creer que la luz era un misterio,
sabia percepción de arrebatos y conjuros
lucha desigual, entre mìstica y cautiverio.
Casi en desconcierto de menguantes acepciones
trazé un mapa de heridas y en él su consecuencia
piel y tejidos, sangre aquellas versiones
que mataron mi libertad, mi paz y mi adolescencia.
Que saben los gorilas! del intrépido misticismo
de las causas y los azares que tejieron los diluvios,
maldita memoria ausente! que enajenada de heroìsmo
me partiò en dos mitades, este mìo y aquel tuyo.
Pureza indefinida, la hubo, y en cuentagotas
me asesinaron las delicias de mil aves en vigilias
si de cuestiones se trata, si el penthotal se agota,
si el dolor es agobio, y la muerte una salida
entonces quiero apedrear los vidrios de ingles partidas
entonces quiero gritar que nadie gana en la guerra,
tal vez proponga arrestrar a utòpicos y todavìa
guardarme el as de espadas, pudrirme en mis bajas tierras,
que he tocado el fondo de cada lastre dormido
alimentado con sobras, de las mesas pudientes,
visto el horror inmenso de picanas y de olvidos
callado por lealtad propia lo que otros batieron entredientes,
pero no juzgo ni amparo, ni siquiera en fiscalìa
acuso a aquellos flancos que desvirtuaron mi suerte,
que he deseado morir, es verdad, y en agonìa
tratado de ganarle la partida a la muerte,
sin embargo en los trazos que dibujaron los míos
arrepentirme no es dato para salvar mi recato,
oigo voces, truenos, chispas, veo tantos enemigos
que hasta supuse perderme y ofrecerles un trato,
que gano yo diràn, los malpensados de siempre
aquellos que bebìan de las copas sin candados,
hipócritas serviles de costumbres tan prudentes
bolsillos de riquezas, valores al costado,
claro está que aunque hemos perdido
treinta mil almas en las calles ya desiertas,
las banderas levantamos, los pocos que conmigo
se jugaron la pasiòn en pos de ilusiones muertas,
y de querer protegerme, de mansillar aledaños
costales difusos, con manchas de humedad vigente,
me ciega la impunidad de aquellos que en estos años
cambiaron su buena vida, para ofrecernos la muerte.