El alma no se avejenta

Ella sostiene con hidalgìa
cada uno de los pasos que hemos dado
con sus dolores , con sus tropiezos.
Ella tiene como reserva, la fortaleza
ese grado de tozudez que nos agranda
y estìmula para sobrellevar
el infortunio y los imponderables
que la vida nos depara.
Cada uno cual màs o menos
lucha denodadamente
por conseguir el aprecio del otro
en cariño,valorizaciòn y estìmulo.
Y ella silenciosa espera
ve el reflejo
en una sonrisa y feliz se queda.
¡El alma no se avejenta!
ella tiene siempre una verdad sabia
que lo sustenta;
còmo si fueras un niño travieso
vuelve a soltar amarras
y con ella liberamos la tensiòn
el sopor y el engaño.
El hombre no suele sentir apego
por mencionarla
cree que todo se lo debemos al tesòn
al espìritu de sacrificio
pero ella siempre està alerta
y nos da la respuesta cuando menos se espera.
Motivada y sin remedios
nos da mejorias y respuestas
para enfrentar la vida.