Nos ausentamos del mundo

Te alcance caminando sin prisa,
sin querer estoy sobre tu pisada.
Observé soledad en tu mirada,
y tristeza en tu semblante sumisa.
Propuse quedarnos. En tu sonrisa
se reflejó tu primavera desmayada,
en tu rostro hay poca vida pasada.
La virgen agua no turbio ni la brisa.
Goce y ventura es cada minuto,
de la rutina volamos un instante,
ausente está el mundo irreverente.
Delicados es tu cuerpo diminuto,
acariciar es delicia de la mano,
todo es de ángel, no de ser humano.
Autor: Alcibíades Noceda Medina