Y lloro.

Y lloro...
las lágrimas de las nostalgias,
pequeños cristales
que llegan a tus estrellas
envueltos en noche y
recubiertos de madrugadas.
Finos y esteparios
síntomas, de las crisis
que nuestro amor propone,
sin decirnos nada...
Y lloro...
cual una lluvia
de sinónimos
que se desplazan
en la vigilia
de esta tarde
sin alientos.
Gotas que de tan tuyas,
me urden tramas
en tu vuentre
y en tu espejo.
Sabrás entender
que a cada influjo
de tus vaguedades
tan mías,
la levedad indisoluble
de las almas,
es infinita...
es tan corpórea
que moja
cada poro
que por ser tan tuyos...
hoy me los quitas!