.
.
.
Cuando el ramal nos asiste,
con sus rayos y fulgor,
Y su árbol nos agranda,
con sus raíces y fronda,
Para afianzarnos en ellas
con sus valores y ronda,
Con sus ramas extendidas.
para donarnos su amor.
Con esa, su linda estrella.
que nunca va a jubilar,
Con sus remedios de cielo,
que calman ansia y dolor
Con sus hermosos deseos,
de bienestar y esplendor,
Con su semilla forjada,
de paz, concordia y manjar.
Es allí donde sentimos,
que un gran ser nos acompaña,
Que va menguando peldaños
para una meta alcanzar,
Que va juntando los sueños,
para abrirnos su portal.
Para donarnos compania
Desde el comienzo al final.
Que va esparciendo su mano
y con sus aguas nos baña,
Refrescándonos cada poro,
cada vivencia al pasar,
Es un ser omnipotente
El que siempre esta presente
Gracias dios nuestro señor
Por ser nuestro redentor.
.
.
.