Esa mujer!

Mas allá de esos cauces verdaderos
que llevan pena a mi alma transitoria
estas ahí...abrazándome y espero
que estés siempre rodeada de mi historia.
Y en todo momento de esta vida tumultuosa
donde los fríos atacan nuestras mentes
pensarás en mí entibiando aquella rosa
que aún marchita en ti revive eternamente.
Pero he de decirte que paseas siempre mía
de este lado de mis calles presurosa
pues eres mi afán, mi delirio, mi agonía,
esa mujer! que hasta habla de mis cosas.