Solo yo sé de mis pasados, amores y sus recuerdos,
la que quise y aun quiero, se atesora en mi propia alma,
está en mí su primavera cual fragante flor de rosa y nardo,
aun siento la fragancia en el jardín de la pequeña flor galana.
Sin previo aviso se marchó, ni siquiera dijo hasta luego,
dejando en mi mente su mirada apacible color cielo,
que irradia esos ojos tan lindos que, es cristalino de fuego.
Si no desea que no vuelva, con su recuerdo me consuelo.
Está ausencia asumo ya no me causa develo ni insomnio,
solamente la lluvia desolada me sume en la reminiscencia,
no puedo negar que ella, un momento me lleno de encomio,
cada objeto que miro, música que oigo delata su presencia.
Es solo un instante fugaz, pero en mi corazón se hizo eterno.
Nuestro esfuerzo y los tantos besos juntos los hicimos uno,
el jardín, el paraíso, el cielo ahora se convirtió en un infierno,
abrazado al dolor y, abrazando nuestra sangre, me consumo.
A lo mejor entristece y castiga más lo que se niega por orgullo,
ella sabe de mi entrega, que le entregue un trozo de mi vida,
cómo no llorar al mirar lo que hicimos juntos, nuestro capullos.
Nada es, ni será suficiente pues nunca hablamos de despedida.
Al principio hable serena-mente, simulado angustia y desolación,
es mentira que no deseo que vuelva, también mi sosiego.
Necesito hallarla, quiero respuesta, aunque sea una explicación.
En su rostro creí ver felicidad, oír su risa, o, ¿soy sordo y ciego?
muy tu poema, o prosa poetica practicamente, en parte refleja a raja table lo que me paso un abrazo y saludos :-) :-D