La de lejos de semblante paralizante,
No es mujer ni es amante,
La de mirada penetrante
Y no es que sea mucho alarde,
Solo es ella,
La que entre aguas se tambalea
Y corre por la arena,
Ella, la mujer amiga,
Despistada y muy sencilla,
Solo mira y camina,
Llora, habla y sonríe,
Es una maquina que amor percibe.
Ella, la de ayer y mañana,
La que hoy no esta disponible,
Pero si la niegas es muy sensible,
La de belleza sin maquillaje,
La que de fiestas siempre luce traje,
Ella, la muñeca de ojos exuberantes.
Ella, dice y calla
con su mirada
Y en cada día
da buenos días,
siempre atenta,
y en ocasiones lenta
pero siempre a completa
e improvisando inventa,
construye un mundo de fantasías
donde ella pasa a mi lado en la calle
y yo solo observo
su rostro fijo que me dijo:
“yo soy lo que nunca dijo Nervo,
soy lo que viste y no leíste
en un encuentro de tres segundos
que en mi viste un mundo
que nunca tendrás
más siempre recordaras”.