YA NO ESPERAMOS LA PRIMAVERA

"YA NO ESPERAMOS LA PRIMAVERA"
Voy meditando por las orillas
de un manso río, bajo los sauces
de brazos lánguidos y amarillas
pálidas hojas. Abren sus fauces
los revoltosos vientos de Otoño.
Mientras camino sueño contigo,
mi bienamada y en el retoño
que ahí en tu vientre crece, testigo
de nuestra entrega y de nuestros besos
que han germinado y se han convertido
en nueva vida. Y ahora están presos
tus maternales sueños rendidos.
Amor de madre puro y sincero
como estas aguas del manso río.
Sigue soplando el viento. ¡Te quiero...!
que Dios bendiga tu amor y el mío.
Ilusionado pienso en el niño.
¡Cómo quisiera que ya naciera!
Con tu ternura y con mi cariño,
ese pinguillo, qué feliz fuera...
Pero le toca venir al mundo
cuando comience la Primavera.
Démosle tiempo, que lo profundo
se lleva tiempo. ¡Vale la espera!
Algunos árboles se deshacen
de sus ropajes. Quedan desnudos
y mil alfombras de oro se esparcen
por el sendero. Se quedan mudos
de asombro todos los pajarillos,
tanto canarios como clarines.
El sol se oculta. Ya están los grillos
checando el timbre de sus violines.
Alguna que otra cigarra añosa
pulsan sus arpas desafinadas
y una redonda Luna orgullosa
le da de plata las pinceladas
a densas nimbus orondas. Pasa
una lechuza por mi cabeza.
Voy de regreso feliz a casa
cuando la noche su reino empieza.
Llamo a la puerta de la esperanza
y una vecina me abre llorosa.
Lo que me dice...ya no lo alcanza
mi alma aturdida a entender...; mi esposa
rompe en sollozos que me revientan
en llanto. Luego nos abrazamos,
Aquellos seres que no lo sientan,
que no pregunten por qué lloramos.
Ya no esperamos la Primavera;
ya nuestro niño no quiere flores,
ni quiso besos, ni quiso espera,
que lo atrajeron otros amores.
Amor de madre puro y sincero
como las aguas del manso río.
Sigue soplando el viento. ¡Te quiero!
¡que Dios bendiga tu amor y el mío!
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Drechos reservados)e