ALGUNAS VECES TU SOMBRA

Estando a solas con mi angustia he querido tener tu extraña sombra vestida de caricias, para dejar en ella grabados - uno a uno – mil caprichos sin sentido y ser, luego de tierna fantasía, tu propio desatino. Y mientras te iba pensando, extensamente por mis sueños, fue asomando esa forma tuya de congoja en medio de mis desvaríos; con la piel toda noche, cálida y ardiente, te tuve entre mis brazos y en los besos supe el desconcierto de esperarte ahí. Cuánto tiempo quedó ya oculto en la historia, oculto detrás de tantos anhelos para saber de tu boca tormenta, aquella que besó mi locura sin conocerte mujer: ahora que estás conmigo. Quedaré entre tus sueños igual que la oscura calma deslizándose por mi ausencia, rocío y lágrimas bañando de luz mi soledad, al saber que tienes nombre… y cuerpo… y voz… ¡Ay! Si supieras el mágico error de esperarte en mi propio desvelo, cada tarde, junto al sol, entonces tú serías mi eterno consuelo y yo… una sombra entre tus sueños.