Una triste leyenda de amor

Némesis era una princesa sacada de un cuento de hadas
Concebida en el imperio de un rey que era un tirano
De pequeña le enseñaron a esgrimir muy bien la espada
Y a tratar a sus amigos como si fueran esclavos.
No hay amigos que sean dignos de una princesa
El rey le inculcaba diariamente cuotas de odio
Y la infanta de primorosa belleza
Cosechaba enemistades como gotas de petróleo.
La doncella fue creciendo junto a ella su hermosura
Mas muy pocos lo notaban por que verla era pecado
La cabeza rodaría del que viera su figura Por eso todos se inclinaban cuando ella iba pasando.
No hay persona que sea digna de mirar una princesa
El rey le infundía inmerso en un mar de celos
Y la heredera que acataba los mandatos cual promesa
Se cruzo una mañana con un simple caballero.
Este mismo pretendió no chocar con su mirada
Y ahí mismo se inclinó en saludo y reverencia
Pero la princesa que de amor no sabía casi nada
Sintió en su duro corazón un latido de advertencia.
Su corazón se aceleró al ver al noble caballero
Tanto así que se asustó y corrió por el palacio
El rey mando a detener al causante de su miedo
Y su cabeza hizo cortar con un elegante trazo. Al ver al caballero desprenderse de la vida
Hizo salpicar de lágrimas los ojos de la princesa
Por que tarde comprendió que era amor lo que sentía
Y dicen que con el tiempo se murió de la tristeza.
El amor es imprevisible no se aprende como el odio
Solo nace en un instante sin que nadie nos enseñe
Aunque a veces el sentimiento sea turbio como el lodo
Escuchemos los latidos sin temor cuando se enciende. Pablo Berkell