YO NO SE MUCHAS COSAS

"YO NO SE MUCHAS COSAS"
Yo no sé muchas cosas
ni pretendo saberlas;
no me importa ignorarlas,
de verdad, no me importa.
Es el tiempo tan breve
y es la vida tan corta
que aun las pocas que entiendo
me es difícil creerlas.
No se trata de dogmas,
de doctrinas o esquemas,
de promesas fallidas
ni de leyes o normas.
Sólo quiero mirarte
y saber que me miras,
añorar tu presencia
y sentir que me añoras.
Lo que quiero es sentirte
tan cercano, tan mío,
disfrutar de las horas
de mi tiempo baldío,
del suspiro más hondo,
de mi fe más somera,
es tu amor el que impera
en mis versos, Dios mío.
*** *** *** ***
Yo no sé muchas cosas
mas, quisiera estar cierto
que eres Tú quien me guía
dondequiera que existo.
Lo que quiero es amarte
y sentir cuánto me amas.
Quiero oír que me llamas
y que sabes mi nombre
y que estás en contacto
con mi vida deshecha;
caminar por la brecha
de mi espacio, seguro,
y romper todo muro
que me encubra tu gloria;
quiero ser tu memoria,
manantial de agua viva,
como aquella que fluye
de tu herida cautiva.
Quiero ser tu silencio,
tu sonido y tu voz.
Que en mis noches más negras
seas Tú mi lucero.
Quiero ser prisionero
de tus rejas ¡oh Dios!.
Yo no puedo aprehenderte
ni tocarte, ni oírte.
Te he buscado en el cielo
de encendidas estrellas,
en el mar, en las selvas,
en las rosas más bellas,
en mis penas profundas
y quisiera pedirte
que ya no te me escondas,
que de mí no te apartes,
que me siento muy solo
que ya no me desoigas.
Ven conmigo. Acompáñame,
háblame. Hazme sentirte.
Que no sufra tu ausencia,
que contemple tu rostro,
que contemples el mío,
que me envuelva tu esencia;
que si a veces me postro
y de Ti me desvío,
Tú me tiendas la mano,
me incorpores, me eleves
y contigo me lleves.
Quiero ser como el río,
quiero ser como el ave,
remontar las alturas,
trascender, elevarme
más allá de las nubes
y encontrarme contigo
y que Tú me recibas
y vivir y que vivas
siempre, siempre a mi lado.
Quiero verte, gozarte
y sentir que me quieres
y si Tú lo prefieres
haz de mí lo que quieras;
pero ya no me hieras
escondiéndote tanto.
Ve, Señor, el quebranto
que me ahoga y me oprime.
Ya no dejes, Dios mío,
que el dolor me lastime,
que se llene de sombras
el camino en el que ando,
donde mi alma serpea.
Ven, platica conmigo,
conversemos un rato.
Ya no seas ingrato
aunque ingrato yo sea.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)