No vale la pena

Este sufrir, estas lágrimas de ayer

ya se secaron, un desierto dejaste

una soledad cubrió mis días,

pero ¿sabes qué? No valió la pena.


En recordarte se aferró este corazón

cuanto tú fuiste el primero en olvidarme,

¡qué empeño el mío! Más que amor fuiste obsesión

y nada ¡nada valió la pena!


Esperé siempre ilusionada tu regreso

alimenté locas y ciegas esperanzas,

negada a la derrota, al fracaso de perderte,

¿y todo para qué? No valías la pena


Tarde supe que iba detrás de un espejismo,

como un cristal el sueño se volvió añicos,

lloré después más por mí que por ti,

porque tu amor había valido nada.


Ni este penar absurdo, ni este vacío,

después de todo, la vida continuó sin ti,

nadie muere de amor ni de olvido,

algo aprendí, ningún amor vale la pena.


Ningún amor merece una sola lágrima,

ni un sufrir eterno, ni siquiera un recuerdo,

así como el tuyo, falso y traicionero,

que huyó sin despedidas, sin una palabra.


Tal vez me dueles en el fondo del alma,

eres una cicatriz que se abre y sangra,

el corazón destila hiel de su amargura

y me dice: Convéncete, él no vale la pena


Abrí mis brazos en cruz, quedé rendida,

a caminar total y eternamente sola,

...que seas feliz... que tenga suerte la otra,

no la envidio, tú no vales ni una gota de nada.


Hoy más que nunca te ganará el olvido,

en el último rincón de la pared deseché tu recuerdo,

porque al fin de una verdad estoy convencida:

que conocerte y amarte ¡no valió la pena!