ZAPATOS DE CEMENTO

Nos habremos
hecho tanto daño
con nuestros
silencios acolchados
que ya
no sentimos
nada en absoluto,
tan sólo el leve
paso del tiempo
caminando
a nuestro lado
como un gato
callejero
en busca de
un lugar caliente
en el que cobijarse
del frío y la lluvia.

Nos habremos
hecho tantas heridas
con nuestras miradas
indiferentes,

cortantes,
punzantes
como estiletes,
que ahora ya
no sangramos,
nuestros pies
desnudos dejan
huellas de sangre
rojas y púrpuras
como un buen
vino tinto
deja poso
en la copa.

Tan solo miramos
hacia otro lado
y con eso
nos basta
no necesitamos
mas.

No importan
los lacerados
recuerdos guardados

en naftalina,
aquellos momentos
inyectados en sangre
donde las palabras
se lanzaban
como afilados dardos
en una función
circense,
flechas ungidas
en sombras
que matan
y huyen sin dejar
rastro.

Atrás los perfumes
con fragancias falsas
las mentiras
con sabor a menta,
frases que calzan
zapatos de cemento
dejando ecos
a su paso.