Silencio.Calla.No digas, no hables.
No turbes la paz que nos circunda.
Todo suspendido en la quietud moribunda.
Quiero que tus suspiros me envuelvan
con su velo doliente, mortecino,
que tus miradas vacías se ahoguen
en mi semblante abatido, cetrino.
Silencio.Calla.No digas, no hables.
La escarcha de tus rosas tempranas,
los témpanos de tu piel marmórea,
la grana de tus labios,
el oro que te ciñe el cráneo...
¡oh, silencio, calla, calla, calla!
Hay tantas cosas bellas en tí
que sobran las vanas palabras.
Las expresiones no pueden abarcar
el discernimiento del amor profundo,
no hay vocablos que describan
la cadencia de este silencio rubicundo.
Silencio.No hables.Calla.