EPÍTETOS AL QUE LUCHA POR VENCER

Ernesto, el amable socializador

Ernesto, el refugio dulce en esa conversa de dos

Ernesto, el fuerte, el  mordaz, atrevido

Ernesto, el introvertido e irreverente

Ernesto, el populacho, el que respira  con la curiosidad de las masas

Ernesto, el observador silente

Ernesto, el elocuente, buscador de pláticas que muevan las ganas

Ernesto, el apasionado amante, que a veces parece tan lejano

Ernesto, el que hace pausas y observa la extrañeza, tal vez de tanto mirar ya se ha cansado

Ernesto, el que enamora sin mucho esfuerzo, y a la vez produce ternura, cual niño, chiquillo travieso

Ernesto, el que siente nostalgia y descansa con tristeza al ver como la vida tonta, corre, ya pasa

Ernesto, el  claro y oscuro, el dotado de grandes virtudes, tal vez incontables defectos

Ernesto,  el que vio esa venezolana en aquel sitio secreto

Tal vez pensó: “En cinco minutos hablo, la saludo, me voy y me duermo”

Pero ya ve, parece cosa rara, extraño ser llamado Ernesto,

El que mirándome a los ojos tal vez  sonría en mi cara diciendo:

“Vaya que pierdes el tiempo con tanto epíteto soso, burdo y escueto”

MARIA EUGENIA FIGUEROA ROMERO

Septiembre 27, 2018