Acabo de ver un ángel en la Tierra,
con sus alas como agua cristalina,
su apariencia es como seda fina,
y su mirada la ternura encierra.
Su cabello como mar en completa calma,
su piel como un susurro delicado,
su presencia me sigue a cualquier lado,
y sus palabras son inquietud para mi alma.
Me encantaría conocer su forma de pensar,
conocer las personas que la rodean,
descubrir los sentimientos que la moldean,
para una nueva vida poder comenzar.
Desearía tenerla de primavera a invierno,
y mostrarle lo hermoso de un puro amor,
que reconozca que cuando sienta dolor,
recibirá de mí el abrazo más tierno.
Por: Efraín Trinidad Rodríguez
“PoetaDeDios”© Morovis, P.R.
30-agosto-2004.