No digas nada,es un secreto...

Mi estado de ánimo es
cuatro y cuarto de la madrugada
fumando con la estabilidad endeble
presentándome a la soledad
como otro miserable
que habita en un planeta
que parece estar al revés.
Con ellos comparto mis risas,
estos momentos me los quedo,
poco a poco los recaudo,
decorando mi corazón gris,
cogiendo este lienzo
y maltratándolo
hasta que se largue de mis papilas
ese maldito sabor agrio
que me invade,
que sostiene por inercia
el peso de mis secretos.
Con esto doy cobijo al lamento,
lo dejo que se sienta cómodo
y a la vez le recuerdo
que no olvide
que no,que aún no estoy muerto,
que no será por falta de empeño
conquistar una felicidad inaudita
donde tormentas no traigan tormentos,
donde pueda dejar de escribir
al fin,
al fin...
No sucederá,es un plan firme,
seguro,
pero estoy entrenado,
seguiré buscando en lo oculto,
ocultando algo importante para mí
a la gente importante para mí,
a los indispensables,
seguiré explorando mi yo más oscuro,
siendo egoísta con mis demonios
para que solo vean y perciban
la luz que también en mí encuentra
su recipiente,
de la que soy parásito
para no rodar por el barranco
y de la que dependo...
O brillo o me vuelvo loco,
o sigo descomponiendo
los pedazos rotos
o con ellos construyo
nuevas estrellas
inmortales en el cielo.