Mi sentir diario es sentirme enjaulado,
sería mejor que lo obvio se obviase,
no estoy olvidado hice que se olvidase,
es el cansancio del nunca cansado.
Odio el placer del autodesterrado,
tal vez por eso a veces me odio tanto,
ya estoy hecho a este hecho,ya no existe espanto,
es lo que tiene estar anestesiado.
No es variado el sistema que me envuelve,
todo es común,me merma la rutina
y nutre a la vez,la hago vitamina,
alimento breve que se disuelve.
Mi sentir diario es sentirme cambiado,
coinciden las vivencias del que vive,
detecto el detalle cual detective,
lejos de todo. . .porque me he alejado.
¿Quién puede querer al que no se quiere?
¿Quién puede acompañar al solitario?
¿Qué es vulgar y qué es extraordinario?
¿Qué sería del recuerdo sino hiere?