con tu gemir horrible
ya te acercas, oh muerte
macilenta, pavorosa y terrible
que con tu saña violenta
las vidas arrancando,
vas sedienta, más la vida
sin tí, sería lenta, insufrible
al alma atormentada
que no tendrá siquiera
la esperanza que acabar,
e iría poco a poco conociendo
engaño, tras engaño,
de un mundo cadáver, tal vez
mas corrompido y solo lodo
y cieno al remover se hallara.
sigue con tu gemir horrible,
siga tu saña, como el podador
que quita la cizaña, para ver
si otro mundo mejor hallas
y entonces dejar tu desenfreno,
venándote la vida, la belleza,
la bondad, la dulzura
y la nobleza de tu estirpe.