Hay arrogancia en el dulce suspiro,
mientras tus labios rojos dan caricia,
son cándidos los besos como albricia,
apaga tedio cual suave céfiro.
En ti los besos son arte y ciencia,
también es belleza que en ti admiro,
del instante, de tu corazón respiro,
incluso es sutil como tu fragancia.
Tus besos reavivan al genio apagado,
despierta del letargo sosegado,
como ante tiene otra vez presencia.
Siento en mí el elixir de tu boca,
un indecible placer me provoca.
Es gracia divina esta referencia.
Autor: Alcibíades Noceda Medina