La bruma leve se va con la brisa,
diáfana luz en el mar se percibe,
una gaviota que trina anhelante,
entre las nubes su sueño le alcanza.
Alas de seda despliega en el viento,
sobre las olas azules planea,
el agua juega y le invita una danza
en la ribera cubierta de flores.
Unos jacintos aroman las olas,
blancas espumas se doran al sol,
la tierna joven que aguarda la noche,
la luna llena renace en su anhelo.
Cabellos crespos de seda perfuman,
ojos tan claros con brillo suspiran,
un labio fino cuál pétalo suave,
una sonrisa que espera respuesta.
Lupercio de Providencia