Cuatro estaciones tiene el amor,
como el tiempo en que vivimos.
Es la primavera…
el recitar de las sensaciones
y los sueños,
donde abundan las pasiones,
y se desatan los sentimientos.
El verano es pasión, y emociones
reprimidas…..
por otros sucesos bellos,
que nos regala el amor vivido
en sus días.
Llega el otoño, un amor sosegado,
llenos de sentimientos
no acalorados….,
pero no por eso, menos apreciados.
Pues el otoño es comprensión,
deleite, compañía, complicidad
y armonía…
donde el amor de dos,
se ha convertido en uno,
donde la separación es imposible,
cuando el sentimiento
se ha vuelto propio.,
Donde las mieles de la vida
las llevas a flor de piel,
y puedes repartirlas.
Así es el amor de otoño,
bello en sus colores,
como la propia estación.
El invierno del amor,
ya no puedo describirlo,
pues en mis labios quedaron
las mieles del olvido.
Ensangrentado el futuro,
ya no tendré ese amor
que entre lo dos,
éramos uno.