Ah, mi querido amigo, que sentado en un trono, en los cielos estas.( y no estoy refiriendome al narcotraficante). Tu sabiduria y conocimiento, siempre conmigo la he de atesorar; pues a mi me parece, que en el mundo somos peregrinos, y caminamos como en un desierto; aveces sin rumbo, otras sin sentido. Y sabes el valor que posee un vaso de agua, que nuestra sed, pueda mitigar. No pierdas la fe en ti mismo, (por aquello de que eres un Dios), y da el regalo mas grande del mundo, que es hacer a otros sonreir, y con ello, aliviar nuestras penas. Tu siempre lo has hecho. Aproposito, No te he hablado de mi caballo?. A pues ten por seguro que algun dia lo hare. Pero si lo veis alla en el firmamento, cuidate de el.