Me has arrebatado
la máxima ilusión,
que cualquier mortal,
tiene en sus quimeras,
el color de las rosas,
que a tus mejillas tenues,
conspíran con el arco iris
de la vida,
la magia, que trasciende,
mas allá de algún vuelo
equidistante,
el fulgor de los días a tu lado,
que supimos entender como
algo tan preciado,
el beso manso y sinuoso
de una tarde de octubre,
el verso tibio y
la palidez de algún gris otoño,
la costumbre de mirarte,
en la denudez de los
cuerpos acalorados,
Me has arrebatado...
el amor y con eso basta y sobra,
para volver a vivir
en los ocasos del olvido.