Te acercaste un instante, después de tanto tiempo
yo caminaba sola, mi avanzar era lento
abstraída en mis pensamientos, ¿que pensaba? no recuerdo
si embargo me hablaste, y recordé tu cara
con tu sonrisa blanca y tu guiño ocular,
no has cambiado “dije” estàs sensacional.
Me invitaste una copa, para conversar
acepte insegura, me puse a temblar
tomaste mi mano, dijiste, ¿que tal?
te ves muy hermosa, realmente genial.
Guarde silencio, mirando tus ojos,
tomabas mi pelo, enredándolos en tus dedos
estaba paralizada, quería salir corriendo
mi mirada extasiada, tú: sonriendo…
Un ¿tú cómo estás?, rompió el silencio
dijiste aun no encuentro quien ocupe tu lugar
mi mirada fue cómplice de tu confesión
respondí, que mi experiencia es similar.
Rauda tu propuesta, encandeció mi voluntad
Buscamos un refugio en privacidad
Éramos dos locos hambrientos de amor
Desnudos amantes, conjugando soledad.
No hubo resistencia en la tregua de locura
Nuestros cuerpos reviviendo la pasión de aquellos días
Te abrace con mis piernas, con mi risa, mi calor
Tu fuego quemo la rutina de mi melancolía.
No sé cuantas horas pasaron bajo tu abrigo
No sé si algún día nos volvamos a ver
No dijimos “adiós”, no dijimos “nos vemos”
Fuimos frenéticos del anochecer.
Desperté abrazada a tu olor y a tu encanto,
Una suave brisa me dio el “buenos días”
Pensando que fue un sueño sobre la almohada:
una rosa fue el broche de mi fantasía.