Filigranas.

No quiero ser la espada en la piedra
ni la piedra en tus zapatos de princesa,
que por tal se desploma donde quieras
y por querer se desangra por su Alteza.
No quiero ser las vueltas de la vida
ni volver por caminos secundarios,
que por tales valoran por perdidas
las pérdidas necesarias de sus tallos.
No quiero ser el silencio imaginario
ni imaginar el debajo de tu vestido,
que por tal se cae en mis horarios
en las horas que desnudo tus latidos.
No quiero ser caballero ni anticuario
si por antiguo me ubico en tus manejos,
que por tales recuerdan calendarios
en los meses de mareas y cortejos.
No quiero ser cortés ni ilusionista
ni ilusionar tus antros parcelarios,
que por tales son cumbres paisajistas
en paisajes de azules reaccionarios.
No quiero pernoctar sobre las iglesias
de los santos hipócritas incendiarios,
que por tales te desean cuando rezas
las verguenzas de los actos de un sudario.
No quiero ser el gerundio de una idea
ni idear una amor imaginario,
que por tal agoniza en la esperas
esperando la razón por perdonarlo!