Con un propósito temerario,
abordé la nave de la noche.
Con una intención me expuse,
a los peligros que ella encierra.
Sin meditar, desembarqué,
allá lejos, en el ansiado muelle.
Incapaz de comprender,
que me esperaba,
me expuse a las críticas,
ataques y censuras.
Me alejé de las leyes,
que rigen el universo,
y conseguí crear el mío.
Abiertamente me abstraje,
y al mismo tiempo me integré,
a una mezcla de luces,
de ritmos y de risas.
Ante el juicio de los demás,
perdí mi sensatez,
francamente,...no sé,
si fuí virtuoso,
en la expresión de mis ideas.
Sé que ante los ojos de los demás,
perdí mi cordura.
¿Es así?
¡Aún no lo sé!
Si debí desarrollar,
la débil cultura,
del fastidio y el aburrimiento,
o cultivar,
la feliz insanía,
de mis sueños locos.