Mis lágrimas asoman
como un grito callado,
es un clamor a la nada,
a la ausencia,
al desamor,
a ti.
Te alejas sin palabras,
como la noche,
poco a poco,
en silencio,
sin decir nada
y diciendo tanto.
La distancia venció
y se lleva la magia
de un amor no concluído,
la miel de tus palabras,
el cielo prometido,
el encuentro no dado,
el amanecer en tus brazos.
Te llevas mi felicidad,
la que me diste
cuando vivía en tus sueños
y era la rosa
donde tu ternura derramabas.
Hoy se acabó y cómo duele,
tanto, que se deshacen nudos
y afloran tristezas
en forma de lágrimas.