Ya no sé qué puedo hacer, todo en ti cambió,
tal vez lo que pretendía hallar en mí no fue.
El dulce cuento de hada tu deseo lo durmió
me duele pensar que, de alguna u otra forma te falle.
Pensar que soy un fraude, a pesar de mi empeño
día a día trataba de que me conocieras más.
Yo te conozco bien, hasta de qué sonríes en tu sueño,
sin embargo, yo no logré mi objetivo jamás.
Te veía feliz cuando fantaseamos por el futuro,
pero la vida no es película de ficciones.
Otra vez entre los dos el infranqueable muro
cuando te hablaba de nuestras obligaciones.
Pasa el tiempo, saber que no eres feliz me pone triste,
cuando estábamos juntos todo de ti me atraía,
eres mujer tractiva, seducirme siempre supiste.
Es tan hondo el amor que por tu persona sentía.
Pero; ¿por qué en ti no duraba la alegría de vivir?
Al soltarte la mano te sumergías en tu laguna
de divagar, sin contar conmigo estás en puro sufrir,
mi amor mi niña, nuevamente llorando en su cuna.
Ya no puedo más me distanciaré un tiempo de ti,
es difícil tomar ésta decisión porque te amo, cielo.
Si amor; te amo tanto pero creo que la partida perdí,
pues te estoy causando daño y es la razón de mi debelo.
Me miras con tristeza y eso me consume más todavía.
Mañana partiré me iré con mi derrota sin batalla,
cesaran mis palabras que sobre siempre ti llovía,
seguramente en mis tantos sermones está mi gran falla.
Autor: Alcibíades Noceda Medina