Y son las primaveras recurrentes
y las pintamos de colores,
las llenamos de luz y de calor
y hacemos con ellas ramilletes,
con que ofrecer a las amadas
de todo un poco,
algo más de amor,
pues así se hace
desde que el ser humano
vino a ser algo parecido
a lo que vemos ahora por las calles.
Primaveras floridas
con mariposas de flor en flores,
con pastoras con sus rebaños
pastando en los altos montes,
con el azul del cielo
convertido en un marco insuperable
para cantar a las mañanas
con todo el ardor del alma
cuando esta arde.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!