Tus playas tienen, los
castillos de arena con mis sueños
de escultor y orfebre,
el cálido verter
de olas y naufragios
tan míos.
Se extienden, transitoriamente,
entre tus azhares dormidos
en mis fiordos,
oscilaciones de la piel,
tan tuyas que por serlos
me corporizan...
Son ave y estela,
promiscuas emancipaciones
de otras latitudes,
lejanas y amantes fieles,
luna y estrellas,
viento y marea.
Tus playas me incendiaron,
se quedaron quietas
en mis andenes,
viajes con retornos
de humo y de silencios,
acertijos de la noche
que se aceleran
cuando miras el cielo
y me ves en tus madreselvas!