El aire que se respira está inerte,
la nostalgia del pasado es su presente,
la mirada del futuro es latente
por sus aceras siempre deambula un penitente,
Madrugadas transitorias,
vida después de la vida,
auroras con sabor a despedidas,
silencios que se agolpan en la memoria.
Trenes engullidos por estaciones,
mecenas llorando hora tras hora,
el miedo va cruzando a jirones,
la muerte es el presente de un ahora.
La ciudad es un regalo de los dioses,
aves de paso, tal vez pasaba por aquí,
Gran vía, Atocha, Neptuno, Sol de soles,
pongamos, otra vez, que amo este Madrid.
J.M.P.Poeta
19-11-06